Reflexiones


¿Qué es la pintura?

Siento mi alma, mi sangre y mi mente en una subida delirante derramarse vertiginosamente ante mi obra. En esta ascensión ancestral no hay control de mi ser, me dejo llevar por esa fuerza poseedora de la magia de la transformación de mi misma en mi pintura, en mi escultura, sin pararme ni por un intervalo a analizar.
Resurgiendo en cada trazo el poder de la creación, la exaltación de la emoción. Conectar y despegar en un instante. Por un tiempo persistente y la pintura, para la eternidad por el goce de esas constantes conexiones, vale la pena vivir la locura de la pintura. En la pintura liberas tu ser, resurgiendo de lo más intimo de tus profundidades, el alma inmortal saliendo por el corazón abierto, borbotones de expresión de libertad.

Relfexión, 1992. 
Rosa Nicolás Roca




Manifiesto sobre un pensamiento


Ante todo parto de la idea de lo dificultoso que resulta definir uno mismo su propia obra.
Pudiendo surgir esa definición de la conjunción de la obra plasmada más el poder de captación del espectador.  Si el espectador no capta la obra una de dos, o no conecta con ella, o el pintor no ha sido el taumaturgo que tiene que ser.
Hablar de la pintura o de la realización de la obra es algo tan abstracto, que cuando crees haberla encontrado o saber cual es su fórmula esta se te escapa. Lo que si puedo explicar es lo que a mi me interesa. Por encima de todo la acción de pintar, la excitación que te produce una forma, un color, la materia, el volumen. La transformación de la creación, la exaltación, la transfiguración del propio ser. La sorpresa del artista ante la obra deja que la obra te sorprenda. La subjetividad del individuo que nadie le puede quitar.
El nuevo barbarismo, el salvajismo, la expresión total, en una palabra ser los demiurgos de la pintura.




Manifiesto nocturno, 
taciturno, diurno.
En una urna, 
dentro de una urna.
En la Floresta de su turno.
La casa rebosante de pintura,
olor a pintura, comedor pintura.
Ventanas enredadas,
puertas entrelazadas.
Con esculturas en flor,
esculturas gritando al viento,
danzando en los tejados Florestianos,
Fumando la chimenea está.
Humo a pintura,
pintando la Floresta con roja pintura.
Gato moribundo, paticojo,
tras la pelea nocturna,
Pobre Ruc cojuelo,
con su pata avinagrada en sal.



17-02-83 La Floresta
Rosa Nicolás Roca

                         

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